La Universidad sí tiene quien le escriba

Trascurrido 32 años de la separación de Colombia, y pese a las serias dificultades económicas por la que atravesaba la Nación, en la noche del 7 de octubre de 1935, en el aula máxima del Instituto Nacional se inaugura la Universidad de Panamá.

El Presidente Harmodio Arias Madrid, con su visión de estadista, crea esta institución de educación superior y sentencia en el acto de fundación que será: “una verdadera piedra miliar en la senda por donde se deslizará nuestra historia nacional”. En este mismo acto, Octavio Méndez Pereira, su primer Rector, señaló que ella constituirá: “el más elevado vigía de nuestro pueblo y el más fuerte, consciente y eficaz defensor de nuestro destino”.

La Universidad de Panamá ha contado con ilustres rectores como lo son: Jeptha B. Duncan, Jaime De La Guardia, Narciso Garay, Bernardo Lombardo, Edwin Fábrega, Rómulo Escobar, Eligio Salas, Diógenes Cedeño Cenci, Ceferino Sánchez, Abdiel Adames, Carlos Iván Zúñiga, Julio Vallarino y Gustavo García de Paredes. Cada uno de ellos, desde sus diferentes visiones, ha contribuido a forjar nuestra institución.

Este centro de educación superior, en sus 77 años de existencia, ha entregado al país más de 200 mil profesionales en todos los campos del saber. A tal punto que es difícil encontrar una familia, en donde algunos de sus miembros no haya estudiado en ella.

Pero la universidad que creó Harmodio Arias es más que una escuela de educación superior, ha sido una atalaya de los problemas sociales del pueblo que la sustenta; ha posibilitado la participación organizada y el debate de todas las formas de pensamientos entre los diversos sectores que conforman nuestra nación.

Una de las primeras manifestaciones de los universitarios, fue la condena al fascismo que amenazaba al mundo. En la década del 40, un grupo de estudiantes universitarios inician una jornada de protestas en las calles contra el tratado Filós-Hines que pretendía perpetuar las bases militares estadounidenses que se habían establecido durante la Segunda Guerra Mundial. Gracias a ellos y a otras organizaciones, a pesar de la represión de la policía, este tratado fue rechazado en la Asamblea de Diputados.

En la década del 50, estudiantes de la Universidad de Panamá, encabezados por la Unión de Estudiantes Universitarios, vuelven a contribuir al proceso de recuperación plena de nuestra soberanía, con el acto de siembra de banderas en la Zona del Canal.

Durante los hechos heroicos del 9 de enero de 1964, la juventud universitaria ofrece sus vidas ante el altar de la patria. En 1967 la Universidad contribuye nuevamente al rechazo de los tratados “Tres en Uno”, que pretendían perpetuar la presencia militar estadounidense en la Zona del Canal. Los universitarios también pagaron con el cierre de su institución durante 9 meses, el rechazo al golpe militar de 1968.

Durante la época de los militares, con sus continuas e inquebrantables protestas al régimen, los universitarios contribuyeron a la apertura democrática. De igual forma, después de la invasión de 1989, este centro académico es de los primeros en levantar su voz de protesta por este sangriento hecho y en pedir el retiro de las tropas invasoras.

La Universidad ha llevado educación superior a los lugares más apartados de nuestra geografía. Desde las primeras Extensiones Universitarias de Chitré, Santiago y David creadas en 1958 (actualmente las dos primeras son pujantes Centros Regionales Universitarias y la de David es la Universidad Autónoma de Chiriquí), hasta las últimas como lo son las de Darién, Chepo y Aguadulce, hemos esparcido por todo el territorio la semilla de Harmodio Arias y Méndez Pereira.

Ella ha representado para muchos de nosotros el impulso vital necesario para aportar más efectivamente al desarrollo nacional y a la vez mejorar la calidad de vida de nuestras familias. En la actualidad el 75 % de los estudiantes que ingresan a la Universidad de Panamá, provienen de familias cuyos ingresos familiares mensuales no superan los 600 balboas.

A pesar de lo negativo de las sucesivas reelecciones del Rector, del silencio ante los grandes problemas nacionales y de la desmovilización de sus miembros, la Universidad de Panamá, gracias al esfuerzo de sus docentes, estudiantes y administrativos, sigue siendo la mejor universidad del país. Por eso, todos los egresados de la Casa de Méndez Pereira, decimos con orgullo: Viva la Universidad de Panamá.

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